Fiscalidad en la era digital: retos para las empresas y los trabajadores a distancia
- Thyani Rodrigues Puppio
- 25 oct 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 15 ene

Fiscalidad en la era digital: ¿cuáles son los retos internacionales para las empresas y los trabajadores a distancia?
La transformación digital, impulsada por la conectividad global, ha traído un nuevo paradigma al trabajo y a la forma de operar de las empresas. El auge del trabajo a distancia y de las plataformas digitales ha sido especialmente ventajoso para los nómadas digitales y para las empresas que pueden contratar talento a nivel global, sin barreras físicas. Sin embargo, este nuevo escenario también presenta retos considerables en el ámbito fiscal, tanto para las empresas como para los profesionales remotos.
1. Los retos de la residencia fiscal para los profesionales a distancia
Uno de los principales retos para los nómadas digitales y los profesionales a distancia es la definición de residencia fiscal. Los distintos países adoptan criterios diferentes para determinar dónde se considera residente fiscal a una persona o empresa. La mayoría de las veces se aplica la regla de los 183 días, según la cual una persona se considera residente fiscal en el país donde pasa más de 183 días al año.
Para los nómadas digitales, que cambian de lugar con frecuencia, la ausencia de una residencia fija puede crear incertidumbre y exponerlos a la doble imposición. En este escenario, los Convenios para Evitar la Doble Imposición, firmados entre países, son esenciales para proteger los activos.
2. El impuesto de sociedades en la era digital
Las empresas que operan digitalmente y contratan profesionales a distancia se enfrentan a una serie de problemas fiscales, especialmente en relación con la definición de presencia física o «establecimiento permanente». Según el Derecho internacional, la presencia física de una empresa en un país determinado puede implicar la creación de un establecimiento permanente, sometiendo a la empresa a la fiscalidad local.
Sin embargo, para muchas empresas digitales no existe una presencia física concreta, lo que crea una laguna en la legislación fiscal. La Acción 1 del Plan BEPS (erosión de la base imponible y traslado de beneficios) de la OCDE intenta resolver estos problemas proponiendo nuevos criterios para gravar a las empresas que operan principalmente en el entorno digital, aunque su aplicación a escala mundial es aún desigual.
3. Fiscalidad de las rentas extranjeras
La creciente movilidad de los profesionales a distancia también ha planteado la cuestión de la fiscalidad de los ingresos procedentes del extranjero. Dependiendo de la jurisdicción, los ingresos obtenidos en otros países pueden estar sujetos a tributación tanto en el país de origen como en el de residencia, lo que crea un entorno complejo. Países como España, con el régimen de la Ley Beckham, ofrecen exenciones o tipos reducidos sobre las rentas extranjeras, lo que atrae a muchos nómadas digitales.
4. La movilidad global y su impacto en la vida cotidiana de los nómadas digitales
Aunque la movilidad y la libertad de elección ofrecen grandes ventajas a los nómadas digitales, un estilo de vida que implica viajar con frecuencia puede conllevar retos menos aparentes. El cambio constante de ubicación, a menudo en busca de nuevas oportunidades y entornos, exige una adaptación continua a las distintas legislaciones fiscales y una gestión cuidadosa de las obligaciones tributarias. Esta movilidad puede considerarse un reflejo del deseo de explorar nuevos horizontes, pero sin arraigarse en un solo lugar, lo que crea una rutina particular de adaptación a los distintos contextos y normativas fiscales.
5. Disposiciones legales
Las empresas y los profesionales a distancia deben conocer las disposiciones legales que regulan la fiscalidad internacional, como:
Convenios para evitar la doble imposición: se ocupan de la asignación de derechos de imposición entre países, garantizando que los mismos ingresos no tributen en más de una jurisdicción.
Acción 1 del Plan BEPS de la OCDE: aborda la fiscalidad de la economía digital, evitando la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios.
Regímenes especiales para profesionales a distancia: como el régimen español de la Ley Bekcham, que ofrece ventajas fiscales sobre las rentas extranjeras para atraer a trabajadores a distancia.
Conclusión:
La era digital ha abierto las puertas a nuevas formas de trabajar, proporcionando flexibilidad tanto a los profesionales que trabajan a distancia como a las empresas. Sin embargo, estas oportunidades vienen acompañadas de retos, especialmente en lo que respecta a la fiscalidad internacional. Para los nómadas digitales, que se desplazan constantemente entre distintas jurisdicciones, la planificación fiscal se convierte en una prioridad. Aunque viajar les permite explorar nuevas culturas y experiencias, también exige prestar especial atención a las obligaciones fiscales y a la normativa local. Navegar eficazmente por este panorama es esencial para garantizar el cumplimiento y evitar complicaciones fiscales.
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